viernes, 20 de mayo de 2011

De Dioses y Hombres

Hace unos días volví a ver Piratas del Caribe 3 (no por decisión personal, sino porque la tele me la puso en bandeja ante el panorama desolador de nuestra GRAN parrilla televisiva) y me hizo reflexionar sobre una cosa: ¿Por qué el siglo XX y el XXI maltrata tanto iconológica e iconográficamente a los dioses Olímpicos? Los que tenemos reciente la lectura de la Odisea discernimos que la queridísima diosa Calipso, LA DIOSA DE LAS TRENZAS DORADAS, no es para nada el reflejo de la diosa de los piratas (con aspecto de chamán y rastas en vez de trenzas). Otros ejemplos los podríamos encontrar en otras películas como Clash of titans (Furia de Titanes), Troya, Hércules (sí la de Disney ¿qué costará nombrarlo Heracles?), y un largo etcétera.


¿En serio tiene pinta de diosa?

Odiseo y Calipso de Arnold Böcklin (1883)
Digo esto porque nuestra sociedad está influenciada por una cultura de imágenes, siendo el cine el medio donde la asociación de retratos relega la imaginación a un plano limitado. Hoy día es el cine el que crea nuevos monstruos y nuevos medios emocionales, siendo el miedo y el amor los más afectados por el mercado del fotograma.

No quiero polemizar, sólo destacar que los padres de nuestra civilización merecen un poco más de respeto y estudio antes de ser tomados a la ligera. Parece que sólo es el teatro el único que respeta el mundo clásico, esperemos que en un futuro sea el cine (sobre todo los guionistas) y la televisión los que empiecen a tomar en serio a los Grandes Dioses de la Antigüedad. ¡Larga vida al Crónida y a la Ojizarca Atena!

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