sábado, 4 de junio de 2011

Evidenciando al sistema educativo... UNA VEZ MÁS!

Ayer leí en el periódico El Público un interesantísimo articulo sobre el tratamiento de la Historia reciente española en la ESO. Es un canto protesta que todos los que hemos estudiado Historia ya sabíamos, además de que ya lo habíamos vivido. Los axiomas educativos en asiganaturas como esta, están fundamentados en un currículo centrado en la formación básica del alumno para que sean más técnicos en el manejo de la realidad que en una simple asociación de conocimientos. Sin más aseveraciones, os dejo con este maravilloso artículo:

EL FRANQUISMO EN LA ESO- FERNANDO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ

Que el conocimiento de nuestra historia contemporánea sigue siendo pasto de tergiversaciones no le es ajeno a quien conozca el éxito de los best sellers del revisionismo franquista. Es un síntoma de que algo ha fallado, de que la investigación académica no ha calado hasta los niveles básicos de la enseñanza, allí donde la mayoría de los ciudadanos adquiere el conocimiento de su historia reciente. Es como si, frente a los avances en la Biología, en las aulas continuasen enseñándose los preceptos del creacionismo.

La publicación del Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia no deja de ser un caro monumento a una historiografía caduca y a la egolatría de alguno de sus inspiradores. Tampoco es la primera vez que la vetusta institución rinde un servicio al conservadurismo rancio: durante el aznarato proporcionó munición para la renacionalización del currículum escolar, supuestamente amenazado por los localismos y la disolvente pedagogía moderna. Fue la época en que alguien del Ministerio de Educación se lució afirmando que en las clases de Historia había que enseñar quién, dónde, cómo y cuándo, pero no las razones, que son controvertibles.

Lo peor no es lo de la Academia. Más preocupante es lo que ocurre en la enseñanza obligatoria. En la actual ordenación de la ESO, la Historia reciente se imparte en el último curso. Tres horas semanales no son suficientes para completar un temario que abarca desde el siglo XVIII hasta hoy. En la práctica, es probable que muchos estudiantes estén abandonado la escolarización sin un conocimiento adecuado de las raíces de la sociedad en que se insertarán como ciudadanos activos. Los libros de texto son una herramienta habitual en el aula. La mayoría se acogen a un modelo teleológico, en el que los acontecimientos se encadenan para conducir a un final previsible. La República y la Guerra Civil van emparejadas en una misma unidad didáctica. La República queda connotada como un periodo conflictivo cuyas contradicciones desembocan fatalmente en tragedia: “Se produjeron oleadas de huelgas, quemas de iglesias y enfrentamientos armados entre falangistas y militantes de las organizaciones obreras”, dice el manual de Santillana, mezclando el legítimo ejercicio de un derecho constitucional con manifestaciones de piromanía anticlerical y actos terroristas. Muy al estilo de los discursos coetáneos de Gil Robles al que, por cierto, se rebaja de categoría: según Santillana y Oxford, era Calvo Sotelo, con 12 escaños frente a los 88 de la CEDA, el auténtico “líder de la derecha”. Pitágoras no habría entendido nada.

Se emplea “bando” para referirse a las partes en guerra, como si el gobierno legítimo y los sediciosos estuviesen en plano de equivalencia. ¿Sería aceptable una lectura del 23-F que lo describiera como el choque los bandos de Milans-Tejero-Armada, y el monárquico-constitucional? ¿Aceptaría la derecha democrática que la figura de Suárez fuera pintada con los trazos con que le caracterizó el búnker? Entonces, ¿por qué aceptar que, según el manual de Vicens Vives: “Juan Negrín formó un nuevo gobierno (…) con una fuerte influencia comunista” (aunque el PCE tuviera las mismas dos carteras –2 de 11– que el anterior)? Anaya remata: “El Gobierno estuvo dirigido hasta 1937 por el socialista Francisco Largo Caballero, y desde entonces por el comunista Juan Negrín”. Sic.

Con la cesura entre Guerra Civil y franquismo, este queda exonerado de su origen. Como si el franquismo no hubiera sido siempre el “Estado del 18 de julio”, la continuación de la Guerra Civil por otros medios. Sin embargo, según los manuales, tras una fase de aislamiento, implantó el desarrollismo gracias a su alianza con los EEUU y al despliegue, según Anaya, de iniciativas harto incomprensibles: “La democracia orgánica se impuso a partir de 1942 (…) Restablecía organismos propios de una democracia, pero sin un funcionamiento democrático” (¿?). Más claramente, el libro de Mc Graw Hill fija los hitos que hicieron eclosionar la democracia desde el seno del propio sistema: “El crecimiento económico sirvió para legitimar y reforzar al régimen, que poco a poco fue iniciando una reforma política, aunque muy tibia: La Ley Orgánica del Estado (1967) parecía suavizar la dictadura; la Ley de Prensa (1966) posibilitó el inicio de cierta libertad de expresión; desde 1965 la huelga dejó de estar tipificada como delito (…) La culminación de este aperturismo fue el nombramiento de Don Juan Carlos, en 1969, como sucesor de Franco a título de Rey”. Colorín, colorado.

Episodios fundamentales de la memoria democrática quedan invisibilizados. Poco o nada leerán los estudiantes sobre exilio, maquis, resistencia en Francia, españoles en los campos nazis, cárceles y trabajos forzados, ejecuciones sumarísimas, depuración del magisterio, leyes de excepción y tribunales especiales, clandestinidad, persecución de otras religiones y de la objeción de conciencia, Ley de Peligrosidad Social, censura moral e intelectual, violencia en la Transición, temas que deberían ser de obligado conocimiento para la correcta valoración del precio al que se consiguieron las libertades democráticas. Los docentes deberían asumir la tarea de desvelar a los ciudadanos de mañana la realidad de nuestro pasado reciente. Es un imperativo no ya historiográfico, sino cívico.
Fernando Hernández Sánchez es profesor asociado

de la Facultad de Formación del Profesorado de la UAM

Si a alguien le interesa el enlace directo por si quiere leer los comentarios sobre la noticia, aquí os lo dejo: http://blogs.publico.es/dominiopublico/3474/el-franquismo-en-la-eso/

 

viernes, 20 de mayo de 2011

De Dioses y Hombres

Hace unos días volví a ver Piratas del Caribe 3 (no por decisión personal, sino porque la tele me la puso en bandeja ante el panorama desolador de nuestra GRAN parrilla televisiva) y me hizo reflexionar sobre una cosa: ¿Por qué el siglo XX y el XXI maltrata tanto iconológica e iconográficamente a los dioses Olímpicos? Los que tenemos reciente la lectura de la Odisea discernimos que la queridísima diosa Calipso, LA DIOSA DE LAS TRENZAS DORADAS, no es para nada el reflejo de la diosa de los piratas (con aspecto de chamán y rastas en vez de trenzas). Otros ejemplos los podríamos encontrar en otras películas como Clash of titans (Furia de Titanes), Troya, Hércules (sí la de Disney ¿qué costará nombrarlo Heracles?), y un largo etcétera.


¿En serio tiene pinta de diosa?

Odiseo y Calipso de Arnold Böcklin (1883)
Digo esto porque nuestra sociedad está influenciada por una cultura de imágenes, siendo el cine el medio donde la asociación de retratos relega la imaginación a un plano limitado. Hoy día es el cine el que crea nuevos monstruos y nuevos medios emocionales, siendo el miedo y el amor los más afectados por el mercado del fotograma.

No quiero polemizar, sólo destacar que los padres de nuestra civilización merecen un poco más de respeto y estudio antes de ser tomados a la ligera. Parece que sólo es el teatro el único que respeta el mundo clásico, esperemos que en un futuro sea el cine (sobre todo los guionistas) y la televisión los que empiecen a tomar en serio a los Grandes Dioses de la Antigüedad. ¡Larga vida al Crónida y a la Ojizarca Atena!

viernes, 4 de febrero de 2011

AUTOTERAPIA FUTBOLÍSTICA (Looking for Eric / Buscando a Eric)


Si has visto alguna película de Ken Loach sabes a lo que te expones. Cine social, implicación con la clase media, compromiso con problemas de la sociedad actual (inmigración, adolescentes conflictivos, etc.). Looking for Eric es un grito de todo lo anterior, pero mezclado con la salsa social de Inglaterra, el fútbol (para ello fueron ellos los inventores de este deporte).

Digamos que Eric Cantona para el aficionado (Hooligan) del Manchester de United es apelar a un espíritu salvaje, rebelde, batallador y sobre todo involucrado con la afición. Los red devils y su teatro de los sueños (Old Trafford) es toda una mitología del fútbol mundial. Pero de esto no trata el film.

Yo no trato de desvelar argumentos, sino de compartir impresiones y recomendaciones. ¿Qué pasaría si tu psicoterapeuta fuera Eric Cantona? La respuesta está en dedicarle dos horas de tu vida a Ken Loach. Además, esta película te da la posibilidad (si eres amante del fútbol aún más) de conocer algo de Eric Cantona, la persona y no el personaje que normalmente ofrece al público. Yo me quedo con tres detalles:

• En sus 9 meses de sanción por agredir a un aficionado su motivación fue aprender a tocar la trompeta (su versión de la Marsellesa en la película no tiene parangón)


• Su mejor momento en un campo de fútbol no fue un gol, sino un pase.

• “I´m not a man, I am Cantona”

Al fin y al cabo hay que verla para saborearla. Aquí os dejo el trailer:




jueves, 11 de noviembre de 2010

UN PUENTE SOBRE EL DRINA- Ivo Andric


Puente de Visegrad
Algo me dice que la mera descripción del paso del tiempo viene hermanada de la mano del ser humano. Es inequívoco decir que esta obra trata de figuras pasajeras a través de la “vida” material de un puente. Espacio-tiempo es lo característico de esta novela, siendo ese espacio el Puente sobre el Drina (su nombre real es Mehmed Paša Sokolović), y su acción temporal los siglos que van de mitad del XVI (1566) a principios del XX (exactamente 1914).

No es mi intención hacer una sinopsis de esta obra, ya que para ello hay miles de lugares donde está descrita y detallada. Mi objetivo es remarcar un momento trágico que desenmascara las intenciones del autor en esta novela.

Ese momento es sin duda la aflicción que sufre el lector ante Radisav. Andric nos narra en unas 10 páginas el trágico desenlace de este personaje, SU EMPALAMIENTO. El sonido de estas palabras ya es duro, pero es más duro leer cómo este ser inanimado es torturado, humillado, inhumanizado, y otros tantos calificativos desagradables. La imagen es realmente impactante, como si se tratara de cualquier película de serie B, pero es mucho más visual contada con palabras que con unos simples segundos en tu pantalla. Mi análisis personal es que Andric ha querido narrarnos las vivencias de un Jesucristo “Balcánico” en plena Edad Moderna (primero con la tortura, luego el paseo cargando la estaca hasta el puente, y finalmente su empalamiento). Hay que recordar que se erige una leyenda después de su muerte. Existe un túmulo (donde fue enterrado Radisav) en el que una noche al año una intensa luz blanca desciende del cielo directamente sobre el túmulo.

Pero, lo que realmente no me aventuro a exponer, es si la intención de Andric es rememorar el sufrimiento de Jesucristo o, si es una crítica hacia el cristianismo describiéndonos cómo la historia de un “hombre corriente” es tan digna de ser una tragedia como la narrada en la Biblia. Cada cual que juzgue.

Lo mejor: La narración del caos multicultural de los Balcanes en la vida de varios personajes.

Lo peor: Algunos personajes aparecen y desparecen de la narración sin darles un desenlace.

martes, 9 de noviembre de 2010

¿DE QUÉ SIRVE EL PROFESOR?- Umberto Eco

En el alud de artículos sobre el matonismo en la escuela he leído un episodio que, dentro de la esfera de la violencia, no definiría precisamente al máximo de la impertinencia... pero que se trata, sin embargo, de una impertinencia significativa. Relataba que un estudiante, para provocar a un profesor, le había dicho: "Disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?"

El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Madagascar en la escuela media, hasta los hechos de la guerra de los treinta años en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar.

De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa de Dresde y sólo sabía de la India lo que había leído en Salgari. Yo, que soy de la época de la guerra, aprendí esas cosas de la radio y las noticias cotidianas, mientras que mis hijos han visto en la televisión los fiordos noruegos, el desierto de Gobi, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre Irak y sobre Afganistán. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales. Entonces, ¿de qué sirven hoy los profesores?

He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Irak lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Y si alguien objetase que a veces también hay personas autorizadas en Porta a Porta (programa televisivo italiano de análisis de temas de actualidad), es la escuela quien debe discutir Porta a Porta. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión?

Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la radio y la televisión para decirle dónde está Tombuctú o lo que se discute sobre la fusión fría, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios –que sepamos mucho sobre Irak y poco sobre Siria depende de la buena o mala voluntad de Bush. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión fría, la guerra de los treinta años y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información.

Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales).

El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición. Y también puede poner cotidianamente en escena el intento de reorganizar sistemáticamente lo que Internet le transmite en orden alfabético, diciendo que existen Tamerlán y monocotiledóneas pero no la relación sistemática entre estas dos nociones.

El sentido de esa relación sólo puede ofrecerlo la escuela, y si no sabe cómo tendrá que equiparse para hacerlo. Si no es así, las tres I de Internet, Inglés e Instrucción seguirán siendo solamente la primera parte de un rebuzno de asno que no asciende al cielo.

Para LA NACION
Lunes 21 de mayo de 2007

La Nacion/L’Espresso (Distributed by The New York Times Syndicate)

(Traducción: Mirta Rosenberg)

VIDA EN LO MÁS ÍNFIMO



"Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que conoces, o del que has oído hablar, cada persona que existió y vivió su vida. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de religiones, ideologías y doctrinas, cada héroe y cobarde, creador y destructor, rey y campesino, cada pareja enamorada, madre y padre, niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, 'superestrella', 'líder supremo', cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol"

("Un punto azul pálido", Carl Sagan, 1994)

jueves, 29 de abril de 2010